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OBS.- Dominando los llanos de aluvión fotmados por el río Onsella, existen dos caseríos contiguos, separados por el camino. En este solar radicó antaño la villa de El Real, cuya propiedad reivindicaron durante siglos los sangüesinos. De poco sirvió el tratado firmado en 1341. Las rivalidades dieron paso a una irrupción armada de los navarros y a la conquista del pueblo disputado. Enterado del hecho el rey navarro Carlos II, expidió un documento donando al concejo vencedor la villa ocupada con sus tierras. El derecho fue reconocido por el rey aragonés Pedro IV, procediéndose al mugamiento entre ambos reinos. Luego se sucedieron nuevas luchas, pasando El Real a manos aragonesas de la familia de los Alvarados. En el siglo XVI se procedió a comprar las tierras en litigio por parte de Sangüesa y Sos, teniendo el río Onsella como frontera y demarcación jurisdiccional. Sin embargo, las disputas siguieron vivas durante los siglos XVII y XVIII, hasta que el Consejo de Hacienda Real dictó sentencia, reconociendo y otorgando a Sangüesa el derecho al cultivo y beneficio de las heredades de El Real (1748-1749). Desaparecido el antiguo poblado, de que se aprecian vestigios en torno al corral del perdiz, quedó en pie la que fuera su iglesia parroquial. parece ser que todavía, hasta hace poco, eran visibles los cimientos del templo con cabecera semicircular (J.M. Jimeno Jurío. En NTCP, nº 193).
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