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Guipúzcoa, a cuyos hijos, directores de la Real Compañía de Caracas, se ha debido la defensa de las Indias por Cartagena y la Guaira [...] En estee crítico frangente no halla la Corte otro remedio que recurrir en Guipúzcoa a la Real Compañía de Caracas (17) [...] Este mal trato ha sido la causa de que tal vez hayan hecho alto los marineros en los navíos de Caracas: pecado que bien se ha castigado en los pobres levantados y mal se ha disimulado en los capitanes avarientos (190) [...] Todo establecimiento de Guipúzcoa, aunque sea utilísimo al bien común, en Guipúzcoa ha hallado y hallará siempre los primeros enemigos. Dígalo la Compañía de Caracas, dígalo la fábrica real de anclas (191) [...] Apréstense dos o tres navíos para Caracas, Buenos Aires y otros puertos de la América; se presentarán a porfía marineros de Guipúzcoa voluntariamente (194) [...] Para morir a millares en La Habana, en Caracas, en esas Indias y en el corso, y para morir sin utilidad del reino ni de esta provincia, sin honra ni adelantamiento siquiera de sus casas y parientes, todos se hallan prontos y aun pretenden esta su ruina (195) [...] Hago excepción de la marina, donde de treinta años a esta parte ha faltado un número increíble de hombres, que han perecido en Caracas, en Buenos Aires, mar del Sur y otras navegaciones y en el corso contra ingleses (201) [...] Hacen calcetas finísimas y muy ricas, y se envían a Madrid, Cádiz, Caracas y otras partes de Indias (202) [...] Caracas ha sido sepultura de guipuzcoanos sin número: es público y notorio: y no obstante, Caracas es a donde aspiran, como si cada uno hubiera de ser un factor de los que en seis u ocho años se han hecho riquísimos por arte de Merlín, que aquí no se sabe y allí se aprende (204) [...] DE LA REAL COMPAÑÍA DE CARACAS // Ahora entro con la Compañía de Caracas, cuyo comercio es el más grueso y más útil a España o a sus comerciantes. Guipúzcoa ideó esta Compañía, y con las licencias y despachos de nuestro rey Felipe V Guipúzcoa la estableció en San Sebastián, a pesar de Holanda, que perdió por esto inmensos caudales que sacaba de España (207) [...] Caracas estaba ya en un pie tal, que no producía provecho ninguno para el rey y su Erario real, antes le costaba muchas cantidades, que adjudicaba de otras provincias, para la manutención de la tropa que allí era necesaria [...] Todo el comercio de los frutos de Caracas era de los holandeses, y no venía un grano de cacao ni un rollo de tabaco en rama sino por sus manos a los puertos de España [...] Encargó a Holanda no me acuerdo cuántos quintales de buen cacao de Caracas: enviáronselos, y le salió el quintal a ochenta pesos (208) [...] Y tiene otra ventaja el cacao que hoy nos viene de Caracas: que es cacao legítimo de Caracas, sin mezcla de otros cacaos baladíes; cacao sustancial y con todo su jugo y no como nos lo vendían comúnmente los holandeses, adulterado con otros, cocido y seco, y por consiguiente desvirtuado y sin manteca, que después nos la vendían como género aparte (209) [...] Los factores sí que se han hecho increíblemente ricos en Caracas, y se ve por los efectos [...] Todos los capitanes y demás oficiales de los navíos, que han sido en gran número y van sucediéndose otros; tantos otros oficios que componen la dirección; tantos otros en Caracas, en San Sebastián y el Pasaje, en Madrid, Cádiz y otras partes, que comúnmente se sirven de guipuzcoanos (210) [...] Pero, establecida la Compañía, apenas han quedado lanchas de pescar ni pescadores en los puertos, porque todos se han dedicado a la Compañía y a sus navíos y viajes de Caracas (211) [...] Pero ahora van de marineros a Caracas y no vuelven años enteros a sus casas; déjanlas abandonadas a sus mujeres, solas o con hijos, sin dejarles con qué mantenerse y a la Providencia, entre sustos y esperanzas [...] A ninguno se pone el puñal al pecho para que sea marinero y vaya a Caracas. Todos van voluntariamente y con gusto y valiéndose de empeños. Es señal que sacan bien sus cuentas y que les va mejor con Caracas que con la pesca, y es claro que, si en eso no tuvieran mayores intereses, no abandonarían la pesca. Según esto, el mucho dinero que dejaban a los pescadores los que para otras provincias sacaban el pescado, queda bien compensado, y con exceso, con el dinero que ganan en los viajes a Caracas (212)
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Qué: Hiria
Dónde: Venezuela
Origen:
LARR.CORG.TELL