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EN TORNO AL ORIGEN Y DENOMINACIÓN VASCA DE JUSLAPEÑA
Iruñea, 12 de enero de 2009
Patxi Salaberri Zaratiegi
El hermoso valle navarro situado en la parte norte de la Cuenca de Pamplona / Iruñerria que se denomina en castellano Juslapeña es conocido por los euskaldunes de los alrededores como Txulapein, según los datos recogidos en la página 141 de la obra Nafarroako Herri Izendegia / Nomenclátor Euskérico de Navarra (NHI) realizada por Euskaltzaindia y publicada en colaboración con el Gobierno de Navarra en 1990. Los datos aportados, sin embargo, y como se puede ver en la mencionada obra, son escasos.
El problema que se plantea en cuanto al sonido inicial del nombre (Xulapain vs. Txulapain) se debe, tal vez, a que en el mencionado trabajo Euskaltzaindia propuso como forma normalizada en euskera Xulapain, lo que ha podido dar lugar a que esta variante se difundiera y, en la actualidad, sea considerada por algunos como denominación vasca del valle. Sin embargo, en la última revisión del nomenclátor navarro realizado recientemente por la Real Academia (puede consultarse en la dirección http://www.euskaltzaindia.net, arauak, «Nafarroako udal izendegia») se ha modificado la decisión anterior y como forma eusquérica de Juslapeña se propone Txulapain, y como gentilicio, nombre de los naturales del valle, txulapaindar, atendiendo al uso de localidades cercanas donde todavía hay vasco-hablantes autóctonos. Es Txulapain, por otro lado, la forma que K. Artola emplea en su artículo de 1992, seguramente porque fue esta la que recogió en la zona en sus múltiples encuestas lingüísticas.
El origen del nombre aparece diáfano en la obra de Juan Carrasco de 1973 (pág. 559) en la que se lee claramente val de Santesteuan de ius la peyna, haciendo referencia a la situación del valle, cercado de montes por varios lados, entre los que podemos destacar, además de Mendurro, San Gregorio en Otsakar, llamado en Larunbe Arriaundi, que podría estar en el origen del nombre del valle. Se trata pues de un topónimo de origen romance cuyos componentes son jus-, el artículo femenino la y el nombre común peña. El primero procede, como se ha visto, de ius que es, a su vez, fruto de la evolución del latín vulgar jusum, de un anterior josum con origen en deorsum «hacia abajo», opuesto a suso (de sursum > susum «hacia arriba») presente este último en Berriosuso, Berriogoiti en euskera, que hace juego en este caso con Berrioplano, en euskera Berriobeiti. Es decir, Juslapeña quiere decir «debajo de la peña», lo mismo que Jus la Rocha de Pamplona (Zierbide & Ramos, 1997, III, 36, 37, pp. 195 y 199) quiere decir «debajo de la roca», en lengua vasca Arrotxapea (véase Jimeno Jurío & Salaberri, 2007: 123 y siguientes).
Es claro que la pronunciación inicial del grafema ha sido históricamente [j], es decir, lo que hoy en castellano escribiríamos yus (como yuso), y que la jota (transcrita [x]) actual del nombre castellano, una vez perdida la relación semántica con el morfema inicial yuso, habrá pasado por una etapa [š] (sonido similar al de cheval en francés o fish en inglés) para velarizarse posteriormente, para convertirse en la jota castellana ([x]). Es decir, la evolución del nombre castellano ha sido Yuslapeña (> Xuslapeña) > Juslapeña, de acuerdo con la evolución sufrida por las palabras del léxico común de esta lengua (cf. Juvene > joven), y con una infinidad de elementos onomásticos vascos como el apellido Jorajuría, procedente de Xoraxuria (< soro + xuria). En este último caso, sin embargo, la grafía ha podido ser decisiva, mientras que no conozco –no obstante es muy probable que exista- ningún testimonio de Juslapeña escrito con inicial.
Por otro lado, la forma apocopada yus, sin la –o final, es habitual en los documentos reales en romance navarro en posición proclítica (Pérez-Salazar, 1995: 85), y es esa la posición que tiene en ius la peyna. La evolución –sl- > -l- en euskera es normal, por la fonotáctica (combinaciones posibles de sonidos) de esta lengua, dado que el grupo mencionado (-sl-) no es habitual en ella (cf. Irla < isla; véase FHV, 351-352). La vocal final –a ha caído en posición postónica (tras el acento), como ocurre, por ejemplo, en el topónimo Soroluz de Eugi, de un anterior Soroluze (NTEM-XXXVI, 79), tal vez con ayuda de factores morfológicos. De una forma *(T)xulapeñ habrá surgido una variante despalatalizada (T)xulapein, por la escasez de finales en –eñ y quizás también por analogía con palabras como gain, declinado gañean, gañetik, etc. Posteriormente, como fruto de la conocida tendencia de las hablas vascas de los alrededores de Pamplona a abrir el diptongo –ei- y convertirlo en –ai- (por ejemplo hay ogai «hogei», «veinte» en el vía crucis de Ibero [Arraiza, 1988: 147] o, sin salir del valle, errátaizút «erraten dizut» «te digo» [Artola, 1992: 216] en Beorburu), habrá surgido Txulapain. No obstante, debemos recordar que la forma recogida en Beuntza es Txulapein, con –ei-, que puede obedecer a la tendencia (opuesta a la anterior) de cerrar el diptongo –ai- en –ei, pero que puede ser, igualmente, la forma original del nombre.
En lo que se refiere a la variante normalizada («normativizada») del topónimo, debe tenerse en cuenta que en Beorburu se documenta Lixauzi, sin duda de lu(r) + jauzi, es decir, «luizia», «erortza», «lugar donde el terreno se ha corrido», con evolución [j] > [š], muy extendida en las hablas de la parte central y oriental de Navarra (por ejemplo había xai «jaia» «fiesta», xarri «jarri» «sentarse» en Oltza, xei, xarri en Itza; Ondarra, 1982: 152, 156). Sin embargo, en el texto de Nuin (Ondarra, 1982b) de hacia 1826 tenemos jaquin y en la grabación que Koldo Artola hizo a Urbana Aginaga de Usi en 1980 (la recoge Camino, 2003: 246) leemos «egunóro yatagún platéra», es decir, «egunero jaten dugun platera», «el plato que comemos todos los días». En el mencionado artículo de 1992 (198, 217) Artola recoge yoáin diré «joanen dira» «(se) irán», yénde áundie «jende handia», «mucha gente» de boca de Esteban Garbizu de Beorburu, y joáin diré de labios de Urbana Aginaga de Usi.
Según lo anterior, de iuslapeña, de acuerdo con los cambios susodichos, esperaríamos *[j]ulapein, *[j]ulapain (Yulapein, Yulapain) o tal vez *[x]ulapein, *[x]ulapain (Julapein, Julapain), pero no *[š]ulapain (Xulapain) ni [c]ulapain (Txulapain). Sin embargo, la realidad es que la variante oral recogida es Txulapein que puede deberse a analogía, es decir, a la influencia de pares como xakur – txakur o xilkoa (Beorburu y Usi) - txilkoa a partir de zakur «perro» y zilkoa «ombligo», o también a la rareza in situ y en el valle de Atetz (al que correspondía el dato recogido en NHI) de x- fuera de palabras expresivas. Es decir, lo habitual sería tx- en inicial de palabra, por lo que la forma hipotética *Xulapein, *Xulapain se convertiría en Txulapein, Txulapain, por adecuación al modelo de pronunciación habitual en el valle.
En conclusión, creo que la forma con Tx- recogida oralmente y empleada por escrito en euskera (Txulapain), es, a falta de otros testimonios, la recomendable para su uso como denominación vasca del nombre del valle llamado en castellano Juslapeña. El gentilicio, por otra parte, y como recogió J. M. Jimeno Jurío (1986: 180) en Gulina, es txulapaindar.
BIBLIOGRAFÍA
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Zer:
Non: Nafarroa
Jatorria:
Euskera