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Hasta entrado el siglo XIX la mayor parte de la población que trabajaba las tierras y cuidaba el ganado, designó pueblos, casas, montes, pastizales y cultivos en su propia lengua vasca, la única que conocía en muchos casos. Las clases sociales dominantes prefirieron las lenguas cultas (latín y romances), y en ellas redactaron los documentos oficiales, incluso cuando todos los contratantes eran euskaldunes desconocedores de otra lengua. Ocurre con frecuencia en toponimia menor y de hábitat que los escribanos, fueran euskaldunes o erdaldunes, preferían las versiones latinas o romances: Mons Regalis o Monreal; Pons Reginae o Puenta la Reina; Stella, Estella; Burgo de Roncesvalles o Burguete; El Espinal, Salinas, Villafranca, Villanueva; Zizur mayor y menor; Berriosuso y Berrioplano; Abaurrea alta y baja. // Sin embargo, el pueblo llano vascohablante mantuvo fielmente la tradición de sus antepasados y, salvo rarísimas excepciones, continuó llamando a esos y otros pueblos en su lengua vasca: Elo (Monreal), Gares (Puente), Lizarra (Estella), Auritz (Burguete), Auritzperri, Auzperri (Espinal), Getze (Salinas), Erriberri (Olite), Alesbes (Villafranca), Iriberri (Villanueva), Zare (Sada); o Zizur Nagusi, Zizur Txiki; Berriobeiti, Berriogoiti; Abeurre geina, Abeurrepea). Del hecho de que todavía desconozcamos el nombre popular vasco dado a determinadas poblaciones, que normalmente aparecen en versión romance en la documentación oficial, no puede deducirse que jamás lo hubieran tenido.
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Zer:
Non: Nafarroa
Jatorria:
JIM.ESTN